Entrevista

Antonio Bascuñana: «Las mascarillas se van a quedar»

El director de los hospitales de El Puerto y Sanlúcar responde a las dudas surgidas ante la posibilidad de no utilizar la mascarilla en los espacios abiertos

Antonio Bascuñana es el director de los hospitales de El Puerto y Sanlúcar. La Voz

Adrián Verano

El doctor Antonio Bascuñana es director del Hospital General Santa María del Puerto, ubicado en El Puerto, y del Virgen del Camino, en Sanlúcar.

En esta entrevista concedida a La VOZ da a conocer su postura acerca de las nuevas medidas establecidas en torno al uso de la mascarilla, así como del avance de la nueva variante de la Covid-19, conocida como Delta.

Desde el día de ayer está permitido el no utilizar la mascarilla al aire libre mientras que se cumplan una serie de circunstancias, ¿es una decisión acertada?

Es una decisión acertada dependiendo de la zona y dependiendo de los niveles de contagio. No es lo mismo en algunas donde no hay casos o la incidencia es muy baja que en otras donde es mucho mayor.

Lo que se ha determinado es que no es preciso usar mascarillas en espacios abiertos y con distancia.

Entonces, ¿El Puerto y Sanlúcar cuentan con esa primera premisa?

Desde el punto de vista epidemiológico, aunque Andalucía es de las zonas que tiene mayor incidencia acumulada en los últimos días en España, en la zona de la Bahía de Cádiz y de la Costa Noroeste no hay tantos casos.

Además, cuentan con otra ventaja, que es el viento y el sol. Podemos estar en espacios abiertos y el viento nos limpia y nos despeja el ambiente.

A pesar de ello, en lugares interiores seguirá siendo necesaria. ¿Cuándo desaparecerá por completo?

Hay cosas que han llegado con esta Pandemia que se van a quedar. Las mascarillas se van a quedar.

Las vamos a tener que incorporar no permanentemente, pero sí de forma habitual en los periodos de frío, en los sitios donde haya mucha acumulación de personas…

Esto ha llegado para quedarse, al menos, una larga temporada. No auguro que para este invierno vayamos a tener muchos cambios.

Aunque muchas personas están deseando dejar de utilizarla, es cierto que su uso ha permitido una baja incidencia de gripe.

Antes considerábamos como normal ir al trabajo estando resfriados o estornudar en un ambiente cerrado… Se consideraban normales las infecciones respiratorias del invierno y este año han desaparecido.

Este año no hemos tenido ni gripe ni atisbos de gripe ni otras infecciones respiratorias. Posiblemente hay varias causas, no solamente la mascarilla, pero estas sí han sido de mucha utilidad.

A pesar de que cada vez son mayores las dosis de la vacuna inoculadas, aún queda un gran porcentaje de la población por hacerlo. ¿Podría haber rebrotes entre la población que se encuentra sin ella?

Igual que los niños que se encuentran en edad escolar se han comportado magníficamente, y ahí están los resultados, los grupos de los jóvenes que tienen ganas de diversión se han liberado demasiado pronto.

Insisto, mascarilla, distancia y aire libre, son las tres patas de la prevención.

En estos momentos, existe una nueva variante de la Covid-19, denominada Delta, ¿le preocupa?

Nos preocupa muchísimo. El Coronavirus, como todos los virus, tiene un objetivo que es perpetuarse y sobrevivir, además de reproducirse. Entonces las mutaciones que sufren los virus son frecuentes y derivan en otro tipo de infecciones.

Esta mutación es más resistente a los efectos de la vacunación y hay que insistir que la vacuna no protege al 100%, aunque sí muchísimo.

Con todas las informaciones que tenemos parece ser que esta variante es más resistente a los efectos de la vacunación.

Durante estos meses se han vivido situaciones críticas tanto en el Hospital General Santa María del Puerto como en el de Virgen del Camino, ¿cuál es la situación actual?

Hubo una época horrible, la de la tercera ola, después de Navidad. También la primera ola lo fue, no por el número de casos sino por la incertidumbre a la que nos enfrentábamos. Después hemos tenido un oleaje.

Siempre ha habido gente hospitalizada en ambos hospitales aunque con una gran diferencia. Se notaban los efectos de la vacunación en personas de más riesgo, de 70 y 80 años, que eran los que fallecían y que no están ingresando ahora.

Los ingresos son de gente joven, de los 30-40 años, que no se han vacunado todavía o también de 60 años que no cuentan con la pauta completa.

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